Curso “¿Qué puede una ficción?”

A partir del próximo 22 de enero, junto a Andrea Soto Calderón, impartiremos este curso en la librería Malpaso (Barcelona), “¿Qué puede una ficción?”

Sinopsis

Este curso es una invitación a explorar la relación entre política y ficción. Partimos de una hipótesis: la historia política se ha construido a bases de ficciones. Desde esta construcción proponemos atender a la potencia política de la ficción como cuestionamiento de las realidades establecidas y la creación de otros mundos posibles. La ficción no solo entendida como una fabricación de personajes, situaciones imaginarias y meras representaciones de la realidad, sino también la ficción como creación e institución de lugar, como un trabajo de creación de otro sentido común. Tres serán las preguntas que nos acompañarán a lo largo del curso: ¿es posible la política sin recurrir a la ficción? ¿Existe un vínculo estrecho entre verdad y política? Para la imaginación y creación de otros mundos posibles, ¿cómo hemos de relacionarnos con la ficción?

Para abordar estas preguntas nos centraremos en prácticas situacionales desde donde pensar las discusiones que proponemos, al tiempo que leeremos una breve selección de textos de autores fundamentales, visitaremos algunas prácticas artísticas, imágenes y textos literarios,  para ahondar en algunas de las derivas que afloran al analizar el vínculo entre política y ficción. Esta doble dimensión comporta un doble ejercicio, de ida y vuelta, de retroalimentación, de atender al devenir concreto y situado de las prácticas, y a los desarrollos teóricos con los que desbrozar los modos en que se ha pensado la relación entre política y ficción. Nos interesa que el curso tenga un carácter dinámico, que incorpore saberes colectivos y se desarrolle en una polifonía de voces.

Contenidos

  1. La ficción fundacional de la política moderna: el lobo y el soberano

Los teóricos que pensaron la creación del Estado-moderno se han caracterizado generalmente por la necesidad teórica de justificar su modelo de sociedad sobre la base de una determinada concepción antropológica, qué debemos concebir como lo propiamente humano. A partir de la ironía de El banquero anarquista de Fernando Pessoa, y de la película El niño Salvaje de François Truffaut, revisitaremos la ficción sobre la que se construye la antropología política individualista.

  1. La ficción proletaria: habitar la noche

“Alguna centena de proletarios que tenían veinte años alrededor de 1830 y que habrían decidido, cada uno por su cuenta, no soportar más lo insoportable: el dolor del tiempo robado cada día por el trabajo, sin otro fin que el de conservar indefinidamente las fuerzas de la servidumbre junto a las de la dominación”. En La noche de los proletarios, Jacques Rancière da cuenta de la ruptura con un modo de vida, ruptura con un tiempo que destinaba a los obreros a trabajar de día y descansar de noche, ruptura con un círculo que los excluía, para recuperar el tiempo para la poesía, para emborracharse, para el tedio … para abrir otro tiempo, construyendo modos de vida, de percepción y de pensamiento que rompían con la identidad obrera.

  1. El Zapatismo: devenir nadie para poder serlo todo

1994, 00.32 de la mañana. El Ejército Zapatista de Liberación nacional (EZLN) ocupa las oficinas de la Coordinación de la Procuraduría de Justicia del Estado en la Zona Altos en San Cristóbal de las Casas (México). No se trata de una nueva versión, otra más, de asalto al ansiado Palacio de Invierno. Lo desmontan, crean una nueva institucionalidad. Entre el rostro marcado del Che y el rostro oculto por un pasamontañas del subcomandante Marcos se quiebra el espacio-tiempo de la Modernidad. Nace una nueva gramática política.

  1. La ficción representativa, su desborde y el concepto mítico de huelga

La representación política parte de una ficción: la confianza en poder hacer presente algo que está ausente, componer un exceso por ausencias. De ahí que su desborde se hace evidente cuando una multitud de subjetividades, que en algunos casos llegan a ser ‘mareas’, cuando aquella singularidad de lo vivo, de lo no representable, parecen no poder encajar en ese espacio. La huelga es aquí  y ahora, “cuando la masa se rehace, cuando los hombres comienzan a girar sus miradas hacia otras partes”. La huelga es la verdadera fiesta. La huelga restablece la posibilidad de la multitud.

  1. Ficciones políticas y el 15M

La historia de las movilizaciones nos muestra que éstas se comprimen, se expanden, son máquinas que se multiplican y se pliegan. Las plazas del 15M son el lugar de procesos inesperados, de contingencias imprevisibles e incertidumbres creativas. El 15M es una ficción política que crea un nombre: la democracia de los cualquiera. ¿Qué puede una plaza? ¿Cómo se efectúa una plaza?

  1. Agujerar la ciudad, construir barricadas. Urbanismo y prácticas artísticas

El espacio público es aquel tejido espacial y social que se resiste a organizarse de acuerdo a la planificación de la representación política. La fuerza de una ciudad se reconoce por sus huecos, por su capacidad de crear espacios de confrontación, por su capacidad de configurar espacios que se desmarcan de unas formas de sujeción, de posicionamiento, de saber, que se desajustan a las coreografías de circulación de lo único, pero sobre todo de la inmovilidad. Las calles separan diferentes movimientos de tráfico, pero sobre todo son una regulación del tráfico que evita el conflicto entre quienes lo transitan. Las calles se han convertido en espacios asépticos de control de su circulación, dominio en donde se sella todo agujero, todo vacío, todo hálito hasta dejar sin aliento a la ciudad.

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